Ubicado en un edificio del siglo XVIII, no necesita aire acondicionado. Las antiguas paredes, de un metro de ancho, garantizan un confort óptimo, incluso en verano.
Esta casa es adecuada para personas con discapacidades motoras, visuales, auditivas o mentales, así como para personas sin discapacidad. Se le reservan dos plazas de aparcamiento, incluida una para discapacitados.